
Diario EL PERIÓDICO 19 de Julio de 2000
El Iman de Fuengirola publica un libro La mujer en el Islam, en el que realiza propuestas de cómo pegar a la esposa sin dejar huella, en determinadas partes del cuerpo y utilizando una vara ligera. En su defensa sale el también Iman de Barcelona, que aduce base coránica en tal consejo.
Sabemos que hay credos religiosos que predican el sometimiento de la mujer al varon y justifican o incentivan la violéncia de género.
Las mujeres son titulares de derechos iguales a los hombres en los paises democráticos como el nuestro, no obstante sufren también de los golpes, palizas y muertes que les inflingen sus parejas, precisamente como lastres de normas religiosas que tuvieron en su día rango de ley.
Hoy, gracias al imparable avance del feminismo, la violencia conyugal es un problema público, un delito perseguible de oficio y una cuestión de estado que debe ser abordada por las diferentes administraciones dentro de sus competencias, tanto en el ámbito de la prevención como en el de ayuda y soporte a las víctimas.
Se ha abandonado ya el criterio de que esta es una cuestión privada y las Naciones Unidas viene alertando a los estados contra el crimen encubierto mas importante de la humanidad.
Ningun credo, por muy respetables que lo son todos, puede traspasar los límites de los derechos humanos y la integridad física, psicológica y sexual de las mujeres es un patrimonio a salvaguardar por toda la humanidad sin que resulte admisible escudarse en diferencias culturales o religiosas para vulnerarla.