2.2.3.- Tribuna publicada en “El Periódico” el 29/7/98 haciendo un balance de la situación de los poderes públicos en los temas de violencia a la mujer.

¿Y EL PLAN PARA LA MUJER MALTRATADA?volver

EL PERIODICO. 29/7/98
En lo que va de año veintinueve mujeres han perdido la vida a manos de sus maridos, novios, compañeros o amantes (mayoritariamente maridos), cifra muy parecida a la que se registraba el año pasado por estas fechas y que supone ya la mitad del total de las víctimas de 1997.
Durante este tiempo, los medios de comunicación han difundido las noticias relativas a la violencia familiar, con mayor énfasis que antes. La opinión pública ha incrementado su sensibilidad en relación a estos temas, los jurados populares han condenado con rigor los casos enjuiciados, la fiscalía se ha organizado en Catalunya para una supervisión más estricta de las causas judiciales, pero aún quedan no obstante enormes dificultades a superar tanto en los ritmos judiciales, como en la atención a la victima por parte de la justicia.
Desde el poder político, en el momento álgido de la denuncia mediática se anunciaron cambios.Algunos tibios y escasos como los aprobados por el parlamento catalán, otros exahustivos pero desordenados como los del parlamento andaluz e incluso el Gobierno del Estado, aprobó un plan de acción contra la violencia doméstica.
La introducción de este Plan, estimaba que actualmente la sociedad española considera la violencia contra la mujer como un ataque a la democracia y respalda su propia exposición de motivos en los documentos internacionales que van desde la declaración de las Naciones Unidas en 1975, hasta la IV conferencia Mundial celebrada en Pekín en 1995, para concluir que “la violencia contra las mujeres es una cuestión de Estado”.
Aunque ello es obvio, su reconocimiento oficial en el documento, da la impresión de que definitivamente desde la política se ve imprescindible una intervención decidida como respuesta a la demanda social generada.
No obstante , la eficacia de la gestión administrativa o el escaso convencimiento de quienes deben desarrollar la acción política hace que pese a los meses transcurridos no pueda apreciarse absolutamente ningún avance.
No se han concluído las reformas legislativas necesarias, no se han creado centros de tratamiento y ayuda para que las mujeres que salen del infierno del terrorismo familiar puedan recuperarse y continuar sus vidas con normalidad.
Es importante señalar, que el único centro de rehabilitación existente en toda España, lo ha creado y gestiona una ONG, la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas.
Mientras la administración divaga en los laberintos de la burocracia, el goteo de muertes continua.
Los Gobiernos priorizan y ejecutan otras iniciativas políticas y económicas,pero algunas mujeres se solidarizan y ceden su patrimonio para ser utilizado como casa de acogida, pasando por delante, una vez mas, de quienes tiene la responsabilidad directa de resolverlo.
Oimos declaraciones bien intecionadas, leemos planes de acción deslabazados, contradictorios y con escaso soporte téctnico en su elaboración, por lo que debemos concluir que muy dificilmente está asumido el verdadero alcance e importancia de la violencia en la familia.
Hemos visto durante unos días unos anuncios en la televisión, pero no asistimos a una campaña informativa generalizada para la divulgación de los derechos de las mujeres y de la idea central de que el maltrato es un atentado a los derechos humanos.
No se sabe aun el destino exacto de los 9000 millones que el Gobierno acordó destinar en el mes de Abril, a la lucha contra la violencia familiar.
No se conoce tampoco el montante y destino del presupuesto que esta autonomía dedicará a una cuestión sin duda relevante como ha reconocido el propio Parlament en su Resolución 478/V al instar al Gobierno para que promueva la formación especifíca de quienes tienen que tratar a las víctimas cuando denuncian, e impulsar la puesta en marcha de recursos y casas de acogida.
Y cuando ha pasado un año y llega el momento de hacer un balance nos encontramos con que las agresiones hacia las mujeres en el ámbito familiar no han disminuido. La sociedad sabe que se trata de una lacra pero la víctima del maltrato sigue encontrando los mismos escasos hogares refugio con largas listas de espera, no hay soluciones inmediatas para problemas urgentes y en demasiadas ocasiones irreversibles.
La acción política se anuncia, más con palabras que desde la auténtica convicción sin ser suficiente para articular medidas de prevención y salidas eficaces para quienes sufren esta situación, puesto que a estas alturas seguimos sin cumplir con las recomendaciones del Parlamento Europeo de 1986 respecto al número de plazas en casas de acogida por habitante, las bolsas de ayuda financiera para las víctimas, y entraremos en el próximo mileniosin haber erradicado la conducta antisocial que en estos momentos ocasiona mas víctimas mortales al año que los atentados terroristas.

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